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José Vicente Giménez: “El objetivo es nutrir al primer equipo”

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José Vicente Giménez: “El objetivo es nutrir al primer equipo”

Charlamos con el técnico del filial de los objetivos del equipo, del vestuario y del inicio de la presente temporada en la Reto Iberdrola

José Vicente Giménez (Moncada, València, 1987) lleva cuatro años en el banquillo del filial del Valencia CF Femenino. Empezó primero entrenando dos años al equipo Cadete para terminar la segunda temporada con el Autonómico. En la 2016/17, Jesús Oliva marchó del filial para acompañar a Cristian Toro como segundo del primer equipo y llegó Giménez al ‘B’. En esa primera temporada finalizaron segundas del grupo VII de la Segunda División. A la siguiente se clasificaron en el puesto siete y obtuvieron la Copa Federación y el pasado curso revalidaron este éxito y lograron también ser primeras en Liga. Este año compite el equipo en la Reto Iberdrola, la exigente segunda categoría del fútbol femenino español. Nos atiende en la Ciutat Esportiva del Valencia José Vicente Giménez para charlar de los objetivos del filial, del vestuario, y del inicio de la presente temporada en el nuevo torneo.

¿Cómo se inicia José Vicente Giménez en los banquillos?

Comencé a entrenar en 2008, en segundo de carrera, estudiaba Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. En el club en el que jugaba, el Rocafort, me apareció la oportunidad de dirigir un equipo de cadetes y pensé que era una buena manera de comenzar prematuramente a hacer prácticas del que sería mi futuro profesional.  

La presente temporada es su cuarta al frente del filial. Compiten este año en la Reto Iberdrola. Sus jugadoras han coincidido en señalar el salto que les ha supuesto, las dificultades que han encontrado en el inicio de esta nueva competición.

Sí, es verdad que las jugadoras son conscientes del salto cualitativo, la diferencia en la exigencia. Al final el razonamiento que hacemos es que cada partido es como si jugásemos contra uno de los cuatro primeros clasificados del año pasado. Son siempre encuentros de máxima exigencia. Nosotros encaramos al inicio esta temporada relativizando la competición y entendiendo que nuestros objetivos habían de cambiar. Somos seguramente de los equipos más jóvenes del torneo, con jugadoras que han de afianzarse todavía a la categoría. Nuestros objetivos más ambiciosos están relacionados con el proceso, con la formación y la mejora de las futbolistas y no tanto con los resultados numéricos de clasificación y puntos.

¿Cómo es José Vicente Giménez en el vestuario? ¿Cómo es su relación con las futbolistas?

Supongo que eso deberían contestarlo más ellas, que seguramente tengan una visión más objetiva (sonríe). Me considero una persona muy cercana, que trata de abordar cada tema que pueda aparecer con la máxima naturalidad y sinceridad posibles. Soy una persona muy exigente, con mis compañeros de trabajo, con las jugadoras, que al final también son compañeras, y con un alto sentido de la responsabilidad. Difícilmente —y esto es lo que intento inculcar también a nuestras jugadoras y a mi cuerpo técnico— dejaremos de hacer algo que entendamos que es responsabilidad nuestra, aunque nos cueste esfuerzo, tiempo o dedicación.

Al final el entrenador es un preparador de lo técnico, pero también un gestor de lo humano, una suerte de psicólogo también. ¿A qué le concede más importancia, a la organización táctica o al factor emotivo, la actitud?

Nuestro papel como gestores de grupo es vital. Es cierto que, por mi formación y por mi bagaje, le doy una importancia vital a los elementos tácticos. Cuánto más capaces seamos de formar a las jugadoras en el entendimiento del juego mejor estaremos influyendo sobre su proceso de formación. Creo que todos estos elementos tácticos suman, pero los componentes emocionales multiplican. Podemos tener una grandísima formación táctica, pero si nuestras emociones son negativas no vale de nada.

¿Qué es lo más especial que encuentra en su vestuario? ¿Cómo lo definiría?

Veo un vestuario lleno de bondad, de buenas intenciones, de gente muy preocupada por la compañera que tiene al lado y del bienestar de todas las que están en el vestuario. Y al mismo tiempo, con una autoexigencia que a veces incluso hemos de controlar. Esas son las dos cosas que destacaría.

Futbolistas y cuerpo técnico celebran la victoria ante el Femarguín. VCFFEM

¿Cuáles son sus postulados básicos? ¿Cómo le gusta que juegue su equipo?

Me gusta aportar a mis equipos una actitud ganadora, no entendiendo esta como únicamente tener un resultado favorable, aunque el objetivo final sea ganar. Una actitud ambiciosa, de mejora continúa, de creer en sus posibilidades y que pueden alcanzar grandes objetivos. Eso, contra cada equipo, lo haces a través de unos medios tácticos diferentes. Sí es cierto que intentamos tener una identidad: queremos tener el balón, queremos ser agresivas, amenazando los espacios, intensas…Y tener una gran capacidad de adaptación, y para eso es importante entender el juego.    

¿Cómo es la comunicación con Irene Ferreras, entrenadora del primer equipo? ¿Existe alguna idea consensuada de juego?

La comunicación con Irene es muy fluida. Hablamos constantemente sobre el estado de las jugadoras que bajan a competir con nosotras, que tienen ficha ‘B’ y somos un recurso para que tengan continuidad y nos aportan ese nivel cualitativo. Compartimos mucho lo que decía antes, esa intención de aportar a nuestros equipos una actitud competitiva, ganadora, exigente, de mejora constante. Más que otros aspectos tácticos, porque el sistema inicial ya no es igual, pero al mismo tiempo aparecen comportamientos individuales y colectivos que tienen mucha relación.

¿Se motiva de igual manera a las jugadoras sin objetivos tangibles? Por ejemplo, la pasada temporada había una liga o una copa que ganar.

No, no se motiva igual. Tenemos que encontrar otras estrategias, los elementos motivadores son diferentes. El año pasado teníamos un objetivo claro que era, lo decimos sin vergüenza, ganar la liga. Sabíamos que si confiábamos, luchábamos y trabajábamos era posible. Ahora hemos de relativizar, de ir con pies de plomo. El primer paso es afianzarnos en una categoría muy exigente y buscar otros elementos de motivación. Incidir más en el proceso más de formación o en otros objetivos que han estado siempre, como el de sacar jugadoras del filial para el primer equipo. Estamos en un proceso a largo término, en una carrera de fondo en el que la meta no es ganar una liga ouna copa.

En relación a esto que comentabas, la pasada temporada debutaron con el primer equipo cuatro futbolistas del ‘B’: Enith, Claudia, Laura y Paula Nieto. Es la meta última vuestra como filial.

Para mí, el primer objetivo, el más importante. Llevo cuatro años y tengo bien asumido cuál es el rol del filial. Es muy importante no olvidarnos de que ese es el objetivo final: que cada año el primer equipo pueda nutrirse de jugadoras del filial. El año pasado lo conseguimos, el anterior también, en este estamos en el camino de seguir haciéndolo. Estos nombres que has mencionado nos dan confianza en el proceso.

¿En qué momento la jugadora está lista para competir con el primer equipo?

Soy una persona que reniega de grandes eslóganes motivacionales que no tengan fundamento. Siempre podemos caer en el error de decir: ‘si luchamos por hacer méritos, al final lo conseguiremos’. Igual no, igual el contexto no es el adecuado y no tenemos la ocasión por lo que sea. La clave es intentar que ellas continúen mejorando hasta alcanzar un nivel que, si aparece la opción de ir al primer equipo porque hace falta una jugadora para una necesidad específica, estén ahí para aprovechar la oportunidad. ¿Qué han de cumplir? (Deben ser) futbolistas que estén ofreciendo su mejor versión, para estar en el primer equipo han de ser exigentes. Al final el contexto, la casuística, que haga falta ese perfil de jugadora en un momento determinado. Y suerte, también parte de suerte.

¿Qué balance hace de este inicio de temporada? (El equipo marcha duodécimo con 10 puntos)

Comenzamos con un muy buen partido en casa contra el Córdoba, que nos demostró que estaríamos a la altura de la categoría. Sí que es verdad que luego encadenamos resultados negativos. Ahí está la importancia de entender el contexto. Lo planteamos a principio de temporada, que podía pasar que perdiésemos tres, cuatro partidos seguidos. Hemos trabajado en hacer entender a las jugadoras que no será ninguna situación dramática si eso pasa. No lo ha sido. Al final el trabajo semanal, el proceso estaba siendo el que tocaba y era cuestión de seguir haciendo méritos para que llegaran resultados positivos. Trabajamos mucho para diferenciar el trabajar bien de tener un buen resultado, porque muchas veces hay elementos que no podemos controlar. No dramatizamos cuando encadenamos una dinámica de resultados negativa, porque nos hacemos fuertes en nuestro proceso de trabajo. Y al contrario, tampoco nos venimos arriba pensando que lo tenemos todo hecho cuando sacamos un resultado positivo. Lo celebramos, porque es motivo de alegría, y lo añadimos como experiencia que nos dé confianza en nuestro trabajo.

Este domingo visitan al Alhama (17.00h), un conjunto al que conocen. ¿Qué partido esperan?

Esperamos un encuentro parecido al que hemos tenido siempre que hemos jugado contra el Alhama, de exigencia ante un rival con jugadoras de mucho nivel, con una actitud competitiva máxima. En un ambiente de fútbol muy intenso en Alhama. Esperamos un encuentro a la altura de la Reto Iberdrola, nada fácil, nadie nos va a regalar nada, ni el rival, ni el ambiente. Cada duelo que queramos ganar, cada situación que queramos generar nos la vamos a tener que ganar mucho.

Nacido en València en 1990. Periodista y comunicador. Editor de Kōmori.

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