Después de seis años como jugadora del Valencia CF Femenino, Paula Nicart (Cornellà de Llobregat, Barcelona, 1994) dejará de pertenecer al club el próximo día 30. La salida de la “3”, unida a las también anunciadas de Mari Paz, Gio, Carol, Beristain y Gaitán, marca el fin de una época: la de los mejores años de la sección del club (2014/17). La zaguera catalana, una de las cuatro capitanas en la 2019/20, 112 partidos oficiales y once goles, repasa su trayectoria como blanquinegra.
—Hace una semana que se anunció que no seguiría la próxima temporada. ¿Cómo digirió cuando el club se lo comunicó?
Es un momento duro, porque es una relación de muchos años. Cuesta asimilarlo, cuesta encajarlo. Pero es una decisión del club, lícita y respetable. No queda otra que acatarla y seguir.
—Además de usted, dejan el equipo Mari Paz, Gio, Carol, Beristain o Gaitán. Con estas salidas se cierra un ciclo en el Valencia, el de los mejores años en la historia de la sección.
Como dices, es un ciclo que se cierra. Da pena, entristece, porque fue bonito para todos. Está claro que los últimos años hemos ido un poco a remolque y ahora el club se plantea hacer un cambio.
—Las circunstancias no han facilitado una despedida de la afición en condiciones, en el Puchades. ¿Le gustaría en el futuro tener esta posibilidad?
Lo peor es irse del club de esta manera. Todas apostábamos por tener una despedida en condiciones. No ha sido así. Esperamos en un futuro encontrarnos con la afición y brindarnos a todos la oportunidad de despedirnos como dios manda.
—Vamos con un repaso de sus años en el Valencia. Llegó en mayo de 2014, del Sant Gabriel, para jugar la Copa de la Reina. ¿Qué recuerda de su llegada?
Ya habíamos establecido contacto un año antes, pero por estudios decidí acabar lo que estaba haciendo en Barcelona, acabar la universidad allí. Cuando llegué al Valencia tenía 19 añitos, estaba bastante nerviosa, porque iba a compartir vestuario y campo con gente experimentada y veterana. Siempre asusta un poco, pero lo encajé bien. Fue una decisión muy acertada.
—Como decía, vino al Valencia muy joven, con 19 años. ¿Qué jugadora era entonces y qué jugadora es cuando se marcha?
Seis años dan para aprender mucho. En el Valencia ha sido mi época de mayor crecimiento. Jugar al lado de jugadoras como Monforte, como Gio, como Mariajo, como Mari Paz… me ha dado mucho en que fijarme, mucho que aprender de ellas. Ahora soy una jugadora más madura, de leer el juego de otras maneras y un poco menos impulsiva, aunque eso forma parte de mi esencia y lo voy a llevar siempre. El mayor cambio que he tenido ha sido a nivel de gestión de grupo y gestión de emociones. He madurado bastante estos últimos años.
—¿Qué significó la figura de Cristian Toro en estos primeros años?
Cristian
para mí ha sido mi entrenador referencia. Me ha ayudado muchísimo, como
jugadora y como persona, a madurar, a crecer. Ha sido crucial encontrarme con
él en mi carrera deportiva.
—Seis años en el Valencia. ¿Con qué se queda? ¿Qué momento, qué partido, se guarda?
Me quedaría con la unión que hubo en el derbi en Mestalla, la primera vez que se abrió. El resultado fue muy favorable para nosotras (6-0) y la afición se lo pasó bien. Todo el mundo, murciélagos y granotas. Me quedo con ese año en general, pero ese momento fue muy bonito.
—Fueron el equipo menos goleado en la 2016/17 (11 tantos).La pareja Nicart-Ivana, casi infranqueable aquella temporada.
Al final siempre se resalta a la gente de atrás y a la portería, pero el equipo ese año, colectivamente, hacía un trabajo defensivo brutal, de la primera a la última. El resultado fue ese, que fuimos el equipo menos goleado. Compartir ese año con Ivana para mí fue muy especial, nos compenetramos muy bien, siempre nos hemos entendido en el campo. He crecido como jugadora a su lado y siempre le voy a tener un cariño especial.
—Pese a jugar de central, se lleva un número estimable de goles marcados: 11. ¿Le viene a la memoria alguno especialmente?
Recuerdo una temporada en la que metí muchos goles. En un par de partidos, creo que contra el Oiartzun en casa y contra el Albacete en casa también, marqué un doblete. Jamás lo había hecho y en esa temporada lo hice dos veces. Fue sorprendente y gracioso.
Esa espinita siempre la voy a tener clavada. Me hubiera gustado quitármela compitiendo con el Valencia, pero no ha podido ser así. Fue muy amargo. Un año de mucho aprendizaje, de mucha carga, de mucho crecimiento, muy bonito a la vez. Pero ese momento, teniendo además especial implicación tanto Ivana como yo en ese último gol, fue doloroso. Era la primera vez que me encontraba en una situación así, tan joven, con tantos minutos a la espalda durante todo el año… Es una espinita que no me he quitado aún. A día de hoy todavía fastidia bastante.
—En el plano personal, le ha tocado vivir la mala suerte de las lesiones. La última, más desgraciada si cabe, se produjo al poco de salir de la anterior.
Esos
momentos son los más amargos de un deportista. Tuve la suerte de rodearme de mi
gente, de poder quedarme en Barcelona. El club me facilitó todo lo posible y
mis compañeras se portaron de diez. Todo se hace más llevadero.
—¿En qué momento se encuentra de la recuperación?
Estoy prácticamente al borde del alta. Me encuentro muy bien, estoy muy contenta con la rodilla. El cirujano también lo está y apuesta por una pretemporada normal. Estoy a la espera de que me den el alta y de poder seguir avanzando.
—En la suma de lo deportivo y lo personal, ¿ha sido esta última la más dura de todas las temporadas?
Sí. Los resultados obviamente no han sido buenos. Todo el mundo es consciente de que los últimos dos años han sido los más duros para el Valencia, pero este especialmente. Todos confiamos en un proyecto en el que parecía que se estaban haciendo las cosas bien, pero los resultados no llegaban. Empezamos más o menos bien pero todo se nos vino de espaldas. Si a eso le sumas que vuelvo de la lesión con toda la ilusión y tengo la mala suerte de que me lesiono de larga duración en la otra rodilla… Ha sido especialmente dura. Y la culminación ha sido el no poder despedirte de la afición.
—Desde que se anunció su marcha imagino habrá recibido muchas muestras de cariño de los aficionados. Ha dejado huella en el valencianismo.
Ha sido muy reconfortante. He recibido muchísimos mensajes, todos de apoyo. Puede ser que como dices haya dejado huella en el valencianismo, pero lo que está claro es que el valencianismo ha dejado huella en mí y eso me lo voy a llevar para siempre.
—¿Va a echar en falta el Puchades?
El
Puchades ha sido muy especial y siempre lo será. Cada vez que vuelva lo sentiré
como mi casa, así es como me hace sentir la gente. Todos los momentos y
recuerdos que he acumulado en ese estadio nada me los va a quitar.
—¿Qué planes le aguardan a Paula Nicart?
Ahora mismo estoy centrada en recuperarme bien. Más adelante ya decidiremos y veremos qué rumbo ponemos.