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Recuerdos de Melilla 2015

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Reportajes

Recuerdos de Melilla 2015

Hace 5 años, Valencia y Sporting de Huelva se jugaron la Copa de la Reina. Sus protagonistas rememoran la final

La fecha del 17 de mayo señalaba hace unos meses la última jornada del calendario en la Primera Iberdrola. Cuando el coronavirus lo paró todo, el Valencia CF Femenino ocupaba descenso, un punto por debajo del Sporting de Huelva, rival al que iba a recibir aquel fin de semana de marzo. Hoy cinco años atrás, el balón rodaba para esos equipos en Melilla en la final de la Copa de la Reina que llevaría el primer título a la vitrina de uno de los dos…

El camino: los cuartos y las semis

Aquella Liga 2014/15, había terminado el Valencia en el cuarto puesto, lo que suponía la mejor clasificación en la historia del club hasta ese momento. El entrenador era Cristian Toro. El argentino, que hoy prepara al Sevilla FC, estuvo al frente del equipo por tiempo de cinco años y medio.

—«Estábamos creciendo. Veníamos de luchar por no descender, de salvarnos, después clasificamos para la Copa de la Reina y quedamos fuera contra el Athletic de Bilbao en la temporada anterior… Era un grupo muy bueno, a nivel personal y futbolístico. Vivíamos todo con mucha ilusión y se había generado una energía especial. Recuerdo con mucho cariño esos momentos, esas temporadas». 

«Hicimos un buen fútbol. explica Mariajo Pons, guardameta titular de aquel Valencia, hoy en el Espanyol Era el segundo año desde que se hizo el nuevo proyecto, el equipo ya estaba más rodado. Habíamos venido muchas de fuera, otras llevaban toda la vida y al principio cuesta, pero recuerdo que había muy buen rollo. Hacíamos comidas, barbacoas… Éramos un vestuario muy unido».

El vestuario valencianista, después de las semifinales. @VCF_FEMENINO

Al torneo de la regularidad le seguía el del KO, que jugaban los ocho primeros clasificados. El sorteo determinó que el Athletic Club sería el rival de las valencianas en cuartos. Este primer partido se jugó el 10 de mayo en Torrelodones, Madrid. Abrió pronto el marcador para el Valencia Gio, que largó un zapatazo que se coló en el marco de Ainhoa Tirapu. «La Copa creo que es una de las cosas que mejor se me ha dado aquí en el Valencia. El gol que marqué contra el Athletic, luego en otra Copa contra el Granadilla marqué un gol también desde lejos… Es una competición muy bonita de jugar», recuerda la de Begur.

Mari Paz, que había anotado 21 goles en ese campeonato liguero, encarriló el pase antes del descanso. En los compases finales, Arranz recortó para las “leonas” y el asunto terminó con ese 2-1.

Los goles de Gio y Mari Paz contra el Athletic en cuartos. RFEF TV

«El Athletic era durísimo relata Toro. Para nosotros siempre era muy difícil ganar, marcaba mucha diferencia en esa época en la categoría. Hicimos un partido muy bueno. Me acuerdo que en el descanso entramos y no nos podíamos creer cómo estábamos jugando contra el Athletic, la manera, con el peso que teníamos en el partido… Fue un partidazo del equipo. Y ese golazo de Gio, de 25-30 metros, muy bueno, a la escuadra…»

El cruce de la semifinal fue también de aúpa: el FC Barcelona, campeón de la Liga 2014/15 y de las dos ediciones anteriores de la Copa. El encuentro de semifinales se jugó, igual que la final, en Melilla. Prosigue el argentino:

«Ese año se da algo que no pensábamos ninguno. Le ganamos los tres partidos al Barcelona: en casa, fuera y en Copa. Todos con mucho sufrimiento y también con ese punto de suerte que hay que tener en esos partidos. Me acuerdo del de Copa: partido con aire, difícil, jugadoras de mucha jerarquía en el Barcelona… Trabajamos muy bien y nos tocó ese gol de Carol que parece hasta que el balón se frena un poquito en el aire y se mete, como que estaba predestinado».

A veinte para la conclusión, pudo Sonia hacer el empate desde los once metros, pero Mariajo le adivinó las intenciones y rechazó el tiro.  

—«Es un recuerdo de los que nunca se olvidan. Recuerdo el lado, la acción de Ivana…lo recuerdo todo. El portero hace su trabajo, siempre tiene que parar, pero parar un penalti siempre es más difícil. Gracias a ello pasamos a la final», rememora ahora la de Sabadell.

El gol de Carol y el penalti de Mariajo. RFEF TV

Enfrente, el Sporting de Huelva. Si las valencianistas habían tenido que eliminar a Athletic y Barça, las blanquiazules se ganaron su puesto dejando por el camino a Rayo (en la prórroga) y Atlético de Madrid (en los penaltis). No fue nada sencillo llegar a la final de Melilla, como tampoco lo fue llegar a Melilla. Cristina Martín-Prieto, delantera de aquel Huelva, hoy jugadora del Tenerife, lo cuenta así:

«Una vez que pasamos los cuartos, al ser un equipo humilde, no teníamos los recursos de los otros equipos que habían pasado. Nos costó la vida el poder conseguir un avión. Con la ayuda de la ciudad, que se volcó, pudimos viajar al final a Melilla».

Sara Serrat detuvo el penalti para el pase a la final de las onubenses. SPORT. DE HUELVA

La previa

Tanto el Valencia como el Sporting habían desafiado a los pronósticos. Las características del cara o cruz de la Copa jugada a partido único relativizan siempre el papel de favorito. Clasificados para la final, los equipos sopesaban sus opciones de éxito en la lucha final por el trofeo.

«Jugamos antes que ellas y pasamos cuenta Martín-Prieto. Nos sentamos en la grada y vimos que el Valencia le ganó al Barcelona. Tanto allí en el campo como luego de vuelta al hotel cuando nos reunimos era alegría y satisfacción, porque nos había tocado un equipo de tú a tú. Los grandes favoritos estaban eliminados. Teníamos el cincuenta por ciento. Tanto ellas como nosotras podíamos ganar».

«Se habían invertido esas sensaciones de Cenicienta, como quien diría relata Toro. Jugás contra el Athletic, nadie piensa que vas a ganar. Ganás y con solvencia. Jugás contra el Barcelona y todo el mundo pensaba que la final era Atlético de Madrid-Barcelona. Nadie esperaba un Valencia-Sporting de Huelva. En ese momento, era difícil gestionarlo en dos días todo: que eliminás a los dos gordos de la competición y que te tocá con un equipo que luchaba como nosotros por estar mejor. Era difícil para ese partido gestionar a todo el mundo, la gente, los que te rodeaban, porque pensaban que ya estaba…»

«Tengo muy mala memoria, pero de esos días en Melilla lo recuerdo todo dice Salo Navalón, capitana de aquel Valencia, hoy en el CF Pallejà de la Primera Nacional. Fue muy intenso, nos merecíamos tanto estar ahí y vivir eso… El momento previo al partido la gente estaba muy nerviosa, porque era algo que no habíamos vivido como equipo, como entidad, muchas jugadoras no lo habíamos vivido nunca. La figura de Cristian fue muy importante. En todo momento nos transmitió esa seguridad, dentro del nerviosismo que teníamos, para poder enfrentarnos al partido. Recuerdo esas palabras de tranquilidad en una persona muy nerviosa, muy intensa».

La final

El 17 de mayo de 2015, a las 12.00, saltan al césped del Municipal Álvarez Claro los dos equipos. Antonio Toledo alinea a Sara Serrat; Elena, Sandra, Emma, Anita; Virgy, Patri, Castelló, Paulita; Joyce y Martín-Prieto. El Valencia (de naranja por jugar como visitante) sale con las mismas que contra el Barça: Mariajo; “Mulán”, Ivana, Paula Nicart, Leila; Mitsue, Gio, Monforte, Beristain; Carol y Mari Paz.

A los tres minutos llega la primera ocasión valencianista, con un centro envenenado de Leila desde la izquierda que golpea el travesaño. Replica casi de seguido el Sporting, pero el balón de Martín-Prieto escoge el mismo destino que el anterior. La delantera sevillana no perdona la siguiente y cobra el primero para las blanquiazules con un chut cruzado con la derecha. 1-0.

«Ya antes había dado en el larguero, me estaba intentando acercar a ver si asustaba un poco a Mariajo… Al final llegó el gol. Llegó pronto, lo celebramos con mucha ilusión, pero también me acuerdo que la capi, Patri, nos pedía cabeza. El Valencia era un equipo grande, se estaba acercando también a portería y era pronto».

Trata después de sobreponerse el Valencia al tanto encajado, pero sin resultado efectivo. Cuando ya se bordeaba el final de la primera mitad, Mariajo tapa un mano a mano para evitar el segundo.

«Las sensaciones al descanso eran muy buenas reconoce Martín-Prieto. Estábamos encontrando los puntos débiles del Valencia y atacando con nuestras armas. Tanto Joyce por una banda, yo por la otra, y Virgy de mediapunta dándonos balones por delante, les estábamos cogiendo las espaldas mucho. Antonio (Toledo) nos decía al descanso que tuviéramos cabeza, que si seguíamos así el partido caía de nuestra parte, que no podíamos cometer ningún error».  

«En la final compitió mejor con sus armas el Sporting de Huelva que nosotros concede Toro. Un gran Sporting de Huelva donde jugaban Patri Gavira, Sara Serrat, Joyce, Virgy, Maite… Ellas, con un juego más replegado y de contraataque, nos hicieron daño. Queríamos tener el peso. En la distancia, podíamos haber competido con más transiciones o situaciones de jugar más fácil. Con ese aprendizaje de uno puede pensar: “¿Y si hubiéramos hecho esto?” Se dio así».

En la reanudación se vuelca el equipo valencianista en busca de la igualada. El empate llega a los 20 minutos. Envío largo de Nicart, Manu Lareo que lo peina y Mari Paz, desde el vértice del área pequeña, sirve para la llegada y el gol de Carol. El partido sigue con alternativas de juego, con los dos equipos tratando de lograr el tanto que decantase la final. A seis minutos para la conclusión, Virgy le roba el balón a Ivana en el círculo central, da un pase en largo que Nicart no acierta a despejar y Martín-Prieto resuelve.

«Estaba pensando en que mi madre, desde mi casa, me estaba diciendo que lo metiera el gol. “Como yo falle, no me va a dejar entrar más en mi casa”. Me vi muy sola, muy “¿qué hago?”. No me esperaba que Paula Nicart hiciera eso y me encontré con Mariajo en un mano a mano. Sabía cuánto quedaba, pierdes ya la noción del tiempo en esos últimos minutos y tal y como estaba el partido. Me decía que el balón tenía que entrar sí o sí. Tuve un poco de cabeza fría, miré a la portera y dije: “ahí, al palo, siempre suele costarle a los porteros”».

La secuencia del 2-1 de Martín-Prieto. SPORTING DE HUELVA

El 2-1 evapora el sueño valencianista. El conjunto onubense fue un justo campeón de la Copa. La capitana, Patri Gavira, levantó el trofeo y la bigoleadora Martín-Prieto fue elegida mejor jugadora de la final. Curiosamente, la delantera hoy del Tenerife fue autora de otro doblete al Valencia en la última jornada de Primera Iberdrola que se pudo disputar: «Parece que se me da bien. Y lo siento, pero espero que siga siendo así».  

En el reverso de la moneda, la decepción valencianista. Salo no jugó ningún minuto de la final, pero como primera capitana de aquel Valencia cerró el paseíllo más triste.

«Yo tenía entonces 22 años. Me tocó la responsabilidad, no tanto de subir a por el trofeo de subcampeonas, sino de tener que lidiar con el sentimiento que tuvieron mis compañeras al final del partido. Fue un momento de ver decepcionada y triste a gente muy importante para ti. Te quedas con un mal sabor de boca, pero cuando lo ves con el tiempo pasado hicimos una temporada brutal. No ganamos la Copa, pero sí vivimos un momento histórico para el club, para nosotras y siempre estará ahí».

Salo recoge el trofeo de subcampeonas de Copa. EIDAN RUBIO/RFEF

«No fue aquello de “ganar la final antes de jugarla”, pero creo que nosotras habíamos sido superiores durante todo el año. Te da rabia por eso, podías haberla ganado. Para el Valencia como club hubiese sido un orgullo enorme. Te queda el sabor amargo de haber hecho un gran camino para llegar hasta aquí. El Huelva fue justo vencedor», comenta hoy Mariajo.

—«Al principio, uno lo que siente es que perdió una Copa pondera Cristian Toro, pero con el tiempo uno valora lo que cuesta conseguir. Firmaría llegar a otra final y si la tengo que perder, perderla. Lo difícil es llegar y cómo llegamos en ese momento».

Gio es una de las cinco supervivientes en la plantilla actual junto a Nicart, Beristain, Carol y Mari Paz. La centrocampista recuerda así la Copa:

«Todo el mundo que juega una final quiere ganar y no solo llegar. Guardo una sensación agridulce. Jugar una final con el Valencia ha sido una de las cosas más bonitas que me han pasado. Sí que es verdad que te queda ese recuerdo de rabia. En el momento en que llegué pensé: yo quiero ganar un título con el Valencia. Y lo tuvimos ahí, cerquita».  

Nacido en València en 1990. Periodista y comunicador. Editor de Kōmori.

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